Hoy, 20 de junio, se celebra el Día Mundial de los Refugiados. La Fundación Rayo Vallecano ha querido conocer de primera mano la realidad de los refugiados en nuestro país y, para ello, realizó una visita al Centro de Acogida a Refugiados de Vallecas.
El Centro se encuentra en Puente de Vallecas, cerca de nuestro Estadio y lleva abierto desde hace 31 años. Actualmente, más de 90 personas conviven allí, todos ellos sin papeles, todos ellos con una historia detrás de lucha, sacrificio y esfuerzo, de esperanza por conseguir una vida mejor en una tierra extraña. En el Centro de Acogida a Refugiados de Vallecas se les busca una ocupación, algo que les permita regularizar su situación. Algunos llegan solos, otros con sus hijos menores de edad, a los que se escolariza y se proporciona una educación. La Ley marca que su estancia no puede superar los seis meses. La suya es una esperanza con fecha de caducidad. Gracias a las gestiones del centro, algunos de ellos consiguen una prórroga de otros seis meses que les permita seguir buscando su futuro, un futuro mejor para él o ella y los suyos.
Nos acompañaron en la visita las jugadoras del Rayo Jennifer Santiago y Sheila García, también entrenadoras de la Escuela de fútbol FRV. Allí pudieron hablar con los residentes, intercambiar impresiones y experiencias, y conocer de primera mano su situación, aspiraciones y esperanzas.
Estamos en época de Mundial, algo que se vive con especial intensidad en el Centro. Gracias al fútbol, los refugiados consiguen evadirse de sus problemas por un rato y conectar con sus países de origen gracias a sus respectivas selecciones nacionales. Los colombianos vibran con James, los peruanos con Christian Cueva, los marroquíes con Amrabat y los senegaleses con Mané. Sueñan con volver algún día a su país cuando las circunstancias se lo permitan. Mientras tanto, seguirán luchando en el Centro.
Nuestra visita sirvió para que algunos salieran de su rutina diaria y disfrutaran de un tiempo de ocio con nuestras jugadoras. Unos pocos, los más privilegiados, tuvieron la suerte de jugar al futbolín con Jeni y Sheila. Fue un momento mágico y divertido.
Terminamos la visita con la donación de tres pares de botas, algo que fue muy celebrado por Jorge, trabajador del centro, quien nos comentó que este viernes han organizado un partido de fútbol y las botas servirán para que algunos no tengan que jugar con chanclas. La temporada que viene nos devolverán la visita presenciando entrenamientos de los primeros equipos masculino y femenino. Para ellos, las puertas de nuestra Ciudad Deportiva estarán siempre abiertas.